Fecha 38 y última de la etapa regular del torneo de la C. Central Córdoba recibe en el Gabino Sosa a Excursionistas.
El estadio rosarino, mítico, histórico, con su bien cuidado césped, tan mal tratado este año por una campaña futbolística vergonzosa, la peor de la rica y orgullosa historia del otrora temerario Matador de Tablada junto a la hinchada azul no son merecedores de tener que ser testigos obligados de un presente tan paupérrimo pero nobleza obliga y no le quitamos el cuerpo, por el contrario observamos estoicos la presencia de un rival ya ascendido y que vino con un millar de hinchas que bien supieron esquivar el reglamento de AFA para alentar al albiverde en su búsqueda de poder jugar una final contra San Martín para dilucidar quién se alza con el título de campeón en este largo y extenuante torneo. Para ello los del Bajo Belgrano debían ganarles a los rosarinos quedando a la espera de que los de Burzaco perdieran contra JJ Urquiza y como fue ocurriendo en casi todos los partidos del 2023, el que viene a buscar algo al Gabino lo encuentra y se lo lleva.
En cuanto al partido en sí, no da ni justifica dar mucho análisis. Ganó Excursio y ganó bien, demostrando por qué hay 23 puntos de diferencia entre una campaña y otra. Si bien se puede decir que el encuentro fue parejo la calidad, especialmente en la zona de definición de los delanteros hicieron la diferencia. El nueve visitante Leonel Barrios recibió en cortada de derecha a izquierda un pase preciso y definió con frialdad, una vez en cada tiempo para poner el 0-2 que pudo ampliarse de no ser por una pelota que pegó en el palo izquierdo de Villanueva y un penal de tal magnitud de Bracco sobre el final que mueve a risa como el árbitro, Julián Jerez, no quiso cobrarlo porque ya estaba todo definido.
Por el lado del Charrúa, hubo que esperar que quedáramos fuera de toda posibilidad de ascenso para que Cuffaro Russo, ponga dos delanteros de punta, Príncipe y Ortiz, pero al no estar Tomás Ramírez de enganche formó con cuatro números 5 en el medio campo, así que todo dependía de que Musso acertara un pase largo o Bracco pudiese en alguna oportunidad encontrarse con los atacantes, nada de eso pasó.
Terminó el campeonato para el CC y Excursionistas logró llegar a una final de desempate contra San Martín, entidad que parecía lograr con facilidad el título pero cayó en un extraño tobogán, hoy perdió 4 a 0 contra Liniers cuando con tan sólo empatar daba la vuelta olímpica.
¿Qué se hizo mal en Central Córdoba? Absolutamente todo, desde el inicio mismo, en el que se desarmó un plantel interesante dejando ir a sus mejores jugadores, Bembo, que hoy festejó en el Gabino, lástima que con otra camiseta, Gaitán, Villagra, Giroldi, Gómez, Saucedo, etc, porque me debo de estar olvidando de algún otro, no se los reemplazó debidamente, tal vez el mejor refuerzo fue el Senra que se lesionó sobre el final mientras que Ortiz y Príncipe no tuvieron la continuidad necesaria. Luego se apostó por un DT bisoño que él mismo en un reportaje manifestó que Central Córdoba era un club hermoso para venir a aprender, nosotros necesitábamos alguien que viniese a enseñar, a guiar, a construir un equipo que ascendiera, no alguien que viniese a aprender. Luego de esa etapa en la que sólo se sumaron sinsabores se optó por repatriar a un técnico que ya estuvo en el club, Cuffaro Russo, al que se le tuvo enorme paciencia porque con lo que había debía conformarse hasta mitad del torneo en que se habilitaban 4 refuerzos y a eso apuntaron las ilusiones charrúas, a que arribasen 4 jugadores que le dieran un salto de calidad al equipo, no ocurrió, se trajeron dos delanteros, uno lesionado que llegó para cumplir su etapa recuperatoria y otro totalmente fuera de estado y ritmo físico, ambos no lograron ni acoplarse al equipo, dos mediocampistas, un 5 para que juegue en una posición dónde más jugadores teníamos, no desentonó pero no hizo diferencia y por último un enganche que demostró mucha calidad y entusiasmo pero la mediocridad del juego de sus compañeros lo fue contagiando y cada partido aportó un poco menos que el anterior. Por su parte el técnico se mostró exageradamente defensivo, innecesariamente defensivo porque no había descenso en este tornero así que no había nada que perder y era imperioso salir a ganar, pero optó por tratar de asegurar su valla en cero y después ver si se metía algún gol jugando los partidos finales, en dónde más necesitábamos sumar de a tres, con un solo delantero en cancha, mientras los dirigentes dejaron ir a los ofensivos más peligrosos que teníamos justo en estas instancias, Di Vanni y Ferrero. La suma de todos los horrores nos llevó a ser el equipo que más partidos empató en el torneo, 14, obteniendo de los últimos 24 puntos disputados de local tan sólo 7, perdiendo partidos con los colistas de la tabla como Puerto Nuevo y Victoriano Arenas. La tormenta perfecta nos terminó ubicando en el puesto 15 de las posiciones sobre 19 posibles, por eso al principio de la nota hice referencia a la vergüenza de esta campaña, la peor de todas.
Lo mejor que se puede hacer con un mal día es terminarlo e irse a dormir, hemos tenido el año más horrible, así que demos vuelta la página, cerremos el libro y aprovechemos estos 4 meses de inactividad para templar nuestro espíritu en la preparación de soportar un torneo 2024 muy espeso en dónde sólo habrá un ascenso y recuperaremos el clásico contra El Salaito y no porque ellos hayan ascendido de categoría.
El Agrio - Pablo Adrián Strafaccio |
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