Fecha 36 del torneo de la C, y Central Córdoba recibe en el mítico Gabino Sosa al Club Atlético Victoriano Arenas sabiendo que ya había perdido como local el Deportivo Español lo que le habría nuevamente una esperanza de volver a pelear por ingresar al octogonal que adjudica el cuarto ascenso a la B metropolitana.
Para consolidar esa posibilidad debía vencer a los muchachos del CAVA, el equipo de peor campaña del torneo, que cómo visitante sólo contaba con 1 triunfo, 2 empates y una larguísima cadena de derrotas y esperar que Real Pilar no sumara puntos en su propio estadio ante Atlas.
Y Atlas jugó para nosotros, como ayer lo hizo Claypole al derrotar 1 a 0 al Gallego, venciendo al monarca por el mismo marcador. Pero lamentablemente se cumplió mi profecía del viernes cuando señalé que el principal escollo de Central Córdoba es el propio Central Córdoba.
La actuación del elenco Charrúa es merecedora de muchos adjetivos calificativos negativos, podemos mencionar al paupérrimo, pésimo, descorazonante, indignante, vergonzante y muchísimos más pero yo lo resumo en uno, TRISTE, porque ver al elenco que con toda justicia se ganó el mote de Los Matadores de Tablada jugar de la manera en que lo hace en su propio estadio en dónde se vivieron tantas tardes gloriosas en los resultados y en el fútbol desplegado, nos llena a los charrúas de toda la vida de tristeza, una tristeza profunda que aprieta el corazón y hace aflorar lágrimas.
Ni en la peor de las pesadillas avizoré a mi Central Córdoba en el puesto 14 sobre 19 equipos en la categoría C y jugar de esta manera que parece que le pegaran a una pelota de rugby en vez de a la redonda. Con jugadores arrastrando los pies y con la cabeza gacha, con una hinchada anonadada hasta el extremo de no poder ni insultar, el relator del partido anticipó una mala despedida del plantel al término del encuentro y fue peor, fue totalmente indiferente.
También hay que resaltar que desde la dirección técnica no sólo ya resulta inocultable que Cuffaro Russo no le encontró la vuelta sino que tampoco transmite una mentalidad ganadora, arriesgada, corajuda y lo digo porque sabiendo que sólo cabía la posibilidad de ganar y que tenía una oportunidad muy grande enfrentando al último de la tabla, un equipo con 49 goles en contra, salió nuevamente a jugar con un solo delantero y 5 volantes que tampoco se conectan entre sí y sólo juegan al pelotazo para la nada misma porque Caraglio no entra ni en juego ni en ritmo, se muestra muy lento e irresoluto.
Se perdió y no fue por casualidad, el humilde y honroso CAVA jugó mejor y tuvo opciones cómo para irse con algún que otro gol más de ventaja. Así todo es tanta las ganas de los demás equipos por ayudar al Charrúa que todavía contamos, faltando dos fechas, con alguna posibilidad matemática, pero sólo eso, matemática, porque ni en el juego ni en el espíritu se ve posibilidad alguna de revertir la penosa situación actual, ojalá me equivoque.
TRISTE TODO MUY TRISTE.
El Agrio - Pablo Adrián Strafaccio
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