Primera C: Central Córdoba, un triunfo que puede darle posibilidades matemáticas e incentivación
Fecha 33 del torneo de la C, y Central Córdoba viaja hasta el estadio Ciudad Evita para enfrentar al Club Social y Deportivo Yupanqui.
El equipo rosarino enfrentó, antes que a su adversario de hoy, tres fatalidades, 1) La necesidad imperiosa de triunfar y esperar resultados favorables en otras canchas para seguir con alguna aspiración de ingresar al octogonal que determinará el cuarto ascenso a la B Metropolitana 2) Un plantel reducido a su mínima expresión debido a expulsiones, lesiones y deserciones 3) El determinismo del paisaje como condicionante de la conducta humana, es decir, para ser más claro, se encontró con una cancha muy cortita al extremo que cualquier rechazo o pelotazo incluso de los arqueros pone el balón en el corazón del área contraria.
El técnico Charrúa ante las nombradas circunstancias decidió armar un equipo con muchas variantes, en el arco Villanueva, debut de Luis Jérez en primera, jugó muy bien haciendo dupla central con el experimentado caudillo Killer, Matías Ramírez corrido a marcador lateral izquierdo, Lalo Pérez como lateral derecho, pasando a dos que jugaron de defensores en la última fecha al mediocampo, me refiero a Osella como doble 5 con Gómez y a Tolosa como carrilero por izquierda, el regreso de Bracco como carrilero por derecha, delante de los cuatro del medio Tomás Martínez y como delantero únicamente a Caraglio.
Por su parte Facundo Ledesma, técnico del querido Trapero, -nunca olvidaré la propaganda en la que toda la hinchada de Yupanqui entraba en un Fiat600 y al llegar bajaban 4000 banderas, unos ídolos- se decidió por un esquema similar en dónde el única punta fue el fornido Leandro Fleita.
El haber superpoblado el medio campo de jugadores en una cancha tan reducida generó un partido peleado y friccionado en ese sector. Todo muy enredado y aburrido, parecía un encuentro de Beisbol, deporte que se juega sin arcos. La posibilidad de romper el cero se daba desde cualquier pelota parada y ambos equipos apostaban a poner mucha gente en el área adversaria para aprovechar algún centro bien tirado. En esa lotería pescó el premio mayor el Matador de Tablada a los 17 minutos en dónde se comete una fuerte falta en la derecha del ataque rosarino ni bien pasado la raya del medio campo, ejecuta con suma calidad un centro largo y cruzado Tomás Martínez y Lalo Pérez llega en dónde nadie lo esperaba, por izquierda para poner un muy buen frentazo que deja sin chance al arquero Alejo Martínez y estampa el 0-1.
Yupanqui suelta amarras en búsqueda del empate, son los mejores momentos de su número tres Antonio Paulides que con velocidad y fuerza encaraba una y otra vez pero sus centros no llegaban nunca a ser conectados por los compañeros. Córdoba se refugia en su campo, se suceden ataques constantes del local y termina el primer tiempo con sentir de que Yupanqui merecía empatar pero en el análisis frío fue El Charrúa quien tuvo las mejores oportunidades de marcar otro gol, no fueron muchas, en realidad dos, a los 29 minutos córner desde la izquierda, centro y Osella sólo y de frente al arco cabecea con fuerza pero se le va cerca de los palos y a los 36 minutos córner desde la derecha que ejecuta Tomás Martínez buscando el gol olímpico y su tocayo en el arco logra salvar con lo justo manoteando nuevamente al córner.
El segundo tiempo fue otra historia muy diferente, Yupanqui salió cómo debía, con mayor actitud ofensiva, adelantando a Almirón hasta la posición de wing especialmente por izquierda y terminó siendo el mejor jugador del partido. Por su parte Central Córdoba se replegó en exceso dedicándose sólo a despejar, parecía que estábamos jugando contra el Real Madrid en el Bernabéu, olvidando que el honroso rival es un equipo que perdió 18 partidos en lo que va del campeonato, tiene 48 goles en contra y marcha penúltimo en la tabla.
Pasan los minutos y si el local no empata es por la escases de puntería de sus jugadores, Córdoba no hilvana dos toques seguidos, sale a pelotazos para un 9 grandote y lento como Caraglio mientras en el banco de suplentes Cuffaro tiene bien guardaditos a 3 delanteros veloces, Ortiz, Flores y Príncipe, pero recién lo hace ingresar al Mirlo a los 30 minutos, nunca comprenderé el por qué demora tanto para hacer los cambios y por qué no aprovecha los 5 que le otorga el reglamento, hoy como en casi todos los partidos en los últimos 15 minutos teníamos en cancha a jugadores extenuados, ya sin aire, pero el técnico no lo ve o no lo quiere ver.
Terminó el partido y en honor a la verdad debemos decir que no merecíamos el triunfo y Yupanqui si mereció aunque sea sumar de a uno.
En el título de esta nota dejé entrever que el triunfo PUEDE darle posibilidades matemáticas y usé el potencial porque vamos a tener que esperar que mañana Claypole le gane a Luján y hasta el lunes para que Berazategui le quite puntos al Deportivo Español, si el de la Basílica y el Gallego ganan quedamos peor que antes de empezar esta fecha porque tendremos la misma diferencia pero ya restando tan sólo 5 juegos. Para empezar en la próxima fecha debemos ganarle si o si al siempre peligroso Atlas que está dentro del octogonal.
Mientras tanto, los hinchas… si hay un lucecita al final del túnel, seguiremos remando.
El Agrio - Pablo Adrián Strafaccio
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