Fecha 32 del torneo de la C, Central Córdoba recibe en el histórico Gabino Sosa a Puerto Nuevo y era la tarde, los hinchas y simpatizantes fueron al estadio o se prendieron a las transmisiones por internet rebosantes de ilusión, porque era la tarde, era la tarde del despegue, era la tarde en la que comenzaba el tramo final para ingresar al reducido y pelear por el tan ansiado y postergado ascenso, era la tarde porque nos visitaba el humilde Puerto Nuevo, equipo que hace dos años subió de la D y está antepenúltimo en la tabla, era la tarde porque el rival llegaba con seis partidos seguidos sin ganar en dónde cosechó 2 empates y 4 derrotas, era la tarde porque a los muchachos de Campana les cuesta horrores marcar un gol al punto que en ese rubro venían con -15, era la tarde.
Pero la tarde se hizo noche y sufrimos un baño de realidad que tal vez no queríamos o no queremos ver.
El partido se inició con un equipo local tenso y nervioso al que le costaba dar dos pases seguidos y un visitante que en la medida que notó que los 4 que conformaban la delantera charrúa, Caraglio y Rubarth bien de punta y a sus espaldas Mustachi y Ramírez, no presionaban en la salida se fue consolidando de atrás hacia adelante, tocando bien y desbordando por los costados, especialmente el derecho en dónde Lalo Pérez no podía con la habilidad y velocidad de Lojda o Penoni.
Central Córdoba no encontraba su fútbol, si es que alguna vez tuvo este equipo algo que podamos llamar -su fútbol-. Mustachi muy recostado por la banda izquierda y Ramírez igual pero contra la derecha, muy lejos uno del otro, no se encontraban y por lo tanto no generaban jugadas coordinadas juntos. Con el correr de los minutos el Charrúa cayó en el pelotazo largo de Osella o Boggino para la cabeza de Caraglio o el pique de Rubarth pero la defensa del Portuario siempre se las arregló para cancelar todo tipo de intento ofensivo.
De allí se pasó a que Puerto Nuevo ya no entretenía la pelota en el medio sino que iba ganando confianza y buscaba a los 3 de adelante, Lodja y Penoni por las puntas, el corpulento colombiano Edilson Córdoba bien de 9 y las cada vez más seguidas subidas de los laterales Polito y Correa. Así comenzaron a sucederse peligrosas jugadas dentro del área charrúa que no se convirtieron en gol gracias a una buena tarde de Villanueva que sacó varías por reflejos y ubicación, hasta una como un zaguero en una pelota que Tolosa le quiso bajar de cabeza para el arquero pero la dejó corta y casi llega Lojda. Los Matadores de Tablada sólo tuvieron un disparo franco al arco producto de una mala salida de Redondo que rebotó en Rubarth y cuando Octavio quedó frente al arquero Balbuena, que empezó mal pero terminó bien la tarde, no pudo definir con justeza y su remate se fue cerca del palo. Pero en el área local seguían los revolcones del Twitter, hasta que en el minuto 41 luego de varios rechazos hacia el cielo de la defensa le quedó el balón a Arellano que la paró y abrió hacia la izquierda en dónde Lojda lo primerea a Pérez y con golpe de pecho se la deja a Córdoba, vaya nombre para hacernos un gol, quien no falla ante la salida del arquero. A continuación es Mustachi que primero pelea una pelota en tres cuartos de cancha luego mete gambeta hacia el corazón del área y cuando le sale Balbuena busca la comba pero se le va cerca de los palos. Se termina el primer tiempo con la sensación de haberla sacado barata y con un detalle comprometedor, varios jugadores charrúas comenzaron a perder los estribos y nos fuimos a los vestuarios con 3 amonestados.
El inicio del segundo tiempo dio la impresión de que había un cambio profundo en la actitud del elenco rosarino, al punto que a los 3 minutos ya tenía 2 corners a favor, en el último le queda el rebote a Lalo Pérez en el borde del área pero su remate se fue por arriba del travesaño. Pero van pasando los minutos y ese empuje inicial se va perdiendo, a partir de los 15 Puerto Nuevo vuelve a hacerse dueño del balón, vuelven las jugadas peligrosas contra el local y luego de haber errado dos oportunidades la visita aumenta la diferencia merced a un claro penal de Boggino que además ve la roja y Penoni no falla en la ejecución.
Y en realidad eso fue todo, el derrumbe de los Azules Rosarinos fue total, desde lo futbolístico, lo físico y lo anímico. Sumemos que Cuffaro Russo como es su costumbre demora mucho los cambios, recién a los 28 minutos hace ingresar a Príncipe por Rubarth, Bracco por Tolosa y Ortíz por Mustachi, cambios que no cayeron bien en la hinchada, no sólo por la demora sino por haber sacado a Rubarth que se mostraba de los más voluntariosos y dejado en cancha a Caraglio que sigue sin poder engancharse tanto en juego como en ritmo, por otro lado no se entiende el que tenga tanto tiempo en el banco a Ortíz, desde su ingreso fue el único que arrimó peligro gracias a sus desbordes por derecha en centro atrás que los demás se encargaban de desperdiciar uno por uno, el peor fue a los 36 minutos cuando el Mirlo se manda hasta el fondo y pone un pase que era más de medio gol, pero no llega primero Caraglio y luego Príncipe con todo el arco vacío la tira de manera incomprensible afuera.
Ya con un CC de brazos caídos a los 87 minutos llega el 3 a 0 en la mejor jugada del partido, Martínez gambetea como si estuviera pasando pinitos naranjas de práctica, juega para Rivas quien toca bien ante la salida de Villanueva. Pero Central Córdoba no quería que esta fuera la última mala del día y Musso se hace echar infantilmente a los 89 minutos. Jugamos tan, pero tan mal, tan lejos de nuestra historia, que ni siquiera lo podemos culpar al árbitro Mariano Seco, que incluso tuvo la gentileza de terminar el partido sin agregar ni un minuto de descuento porque lo único que se veía venir era alguna que otra expulsión en un equipo fuera de sí.
Quedamos junto a Berazategui a 9 puntos del último clasificado al octogonal, Deportivo Español, faltando 6 fechas pero nos superan en la lucha por ingresar al mismo Luján con 6 puntos más y Real Pilar con 1 más. En cuanto a las posiciones estamos en la que debe ser la peor de todas en el historial, 15 sobre 19 equipos y en la C. Tal vez desde lo numérico queden posibilidades, pero son muy difíciles de concretar viendo el nivel de juego del Central Córdoba actual.
Ya no necesitamos un milagro, sino la madre de los milagros.
El Agrio - Pablo Adrián Strafaccio |
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