Primera C Fecha 29: De la desesperanza a la ilusión
Fecha 29 del torneo de la C, y Central Córdoba viaja al Bajo Flores al estadio España, un verdadero Coliseo de primera que debería ser un lujo en la categoría pero que el descuido, el abandono lo está dejando en peores condiciones que aquel que siglos atrás reflejara la grandeza del Imperio Romano. Campo de juego seco y poceado en dónde la pelota parece tener un conejo dentro, baños clausurados, cabinas de transmisión ubicadas en un córner en dónde ni las cámaras ni los relatores y comentaristas pueden tener siquiera una buena visión del partido.
Central Córdoba llega a este encuentro cargando una serie de infortunios, léase ausencias en su equipo titular, Tomás Ramírez expulsado la fecha anterior, Killer Senra y Musso lesionados, cuatro columnas en las que se venía apoyando el juego charrúa, además Cuffaro Russo decidió darle la oportunidad de titular a Octavio Rubarth en lugar del Mirlo Ortiz, lo que extiende la cuenta a cinco titulares fuera de la formación. En defensa ingresaron Boggino y Ramírez y en el medio Gonzalo Gómez que contó con la compañía de Kaial como carrilero por derecha Bracco por izquierda, pero con más libertad para moverse por todo el frente de ataque, Delante de ellos Mustachi como enganche para los delanteros Di Vanni y Rubarth.
Pese a tantos cambios el Charrúa jugó tal vez el mejor primer tiempo en condición de visitante en todo el torneo.
Desde el inicio se plantó en el medio y obligó a retroceder al local teniendo a los seis minutos la primer jugada de peligro a su favor y cuando el Gallego no había podido arrimar al arco de Villanueva llegó el gol rosarino merced a una buena jugada que se inicia en un cruce de Boggino a espaldas de Pérez, pase del barbado defensor a Rubarth que toca de primera para Mustachi, el Gitano que envía un preciso pase en cortada para el pique de Kaial, el Turco que llega al fondo, levanta la cabeza y se la pasa dentro del área al Pitu Bracco que venía de frente, derechazo esquinado contra el palo del arquero Díaz que se estira pero no logra impedir el gol.
De allí a la finalización del primer tiempo todo fue de Central Córdoba, con una línea de cuatro muy firme con la ayuda de Gonzalo Gómez de cinco diluían todo intento de ataque del Deportivo Español pero además llevaba peligro al área local. Estaba grogi el Gallego, era el momento de volver a sumar y a punto estuvo el equipo de Tablada de lograrlo cuando un tiro libre rasante de Mustachi, Di Vanni que la roza de taco y se producen varios rebotes a un metro de la línea de gol que no terminaron en tanto de pura casualidad.
Se inicia el segundo tiempo y todo estaba igual, pero a los siete minutos el Diablo metió la cola, o la Diosa Fortuna que se vuelve a burlar de nosotros y ante un centro del recién ingresado Gallelli la pelota parece cruzar el área sin mayor peligro para irse por línea de fondo, pero Lalo Pérez comete un error infantil, en vez de dejarla correr la baja de cabeza en dirección al área chica, le queda al 9 Gómez sólo ante la salida de Villanueva, el delantero que le pega con pifia, la pelota pega en el Tweety rosarino se escurre bajo su cuerpo y queda para Vázquez que señala el empate.
Todo cambio desde allí, Córdoba siente el impacto porque no es el primer partido en que una jugada desgraciada le priva de puntos esenciales, pero por suerte Español no logró mejorar su juego y el partido cayó en una meseta soporífera que los cambios que intentaron ambos técnicos no lograron modificar y se llegó a un empate que lo consolida al Gallego dentro de los 8 y lo alejan al Charrúa un poco más en su ilusión de aunque más no sea clasificar para pelear el cuarto ascenso.
El título de esta nota, De la desesperanza a la ilusión, responde al libro más reciente de la escritora Adriana Vega Zuza y en su introducción dice:
-Que la mala racha aprieta, pero no ahoga. Y, que, si estoy retrocediendo un poco, es solo para coger carrerilla y tirar hacia delante. Con este libro me gustaría mostrar que hay luz al final del túnel, aunque pienses que estás en un pozo sin fondo. Este va dedicado especialmente a las personas que realmente lo estén pasando mal, para recordarles que siempre habrá algo de color en los días grises, simplemente hay que mantener la esperanza-.
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