Central Córdoba ya no baja de a escalones sino en caída libre por El Agrio - Pablo Adrián Strafaccio
El Charrúa perdió 2-0 en su visita a Valentín Alsina para enfrentar al Club Atlético Victoriano Arenas, pero el resultado, más allá de los números que señalan que consiguió 5 puntos sobre 15 posibles, no es lo más preocupante del equipo rosarino, sino ya no juega mal, ya juega pésimo. El conjunto azul muestra en la cancha un desconcierto total, desconcierto que se inicia en el cuerpo técnico y se ve reflejado en el campo de juego con exasperante certeza.
¿A qué juega Central Córdoba, cuál es el estilo del llamado Proceso Rossi? Imposible siquiera sospecharlo, un equipo que salta de jugar con tres 5 dos carrileros y sólo delantero de local a jugar con un 5 (Musso) un enganche (Gaitán) un carrilero (Gómez) un media punta (Kaial) y dos delanteros (Di Vanni y González) de visitante, es la demostración concluyente que el técnico improvisa partido a partido tomando decisiones desacertadas e inexplicables.
Da la impresión que se recurre a fórmulas supuestamente salvadoras, para asegurar el cero en nuestro arco nos llenamos de volantes de marca o para lograr ganar nos empachamos de delanteros, así no es el fútbol, para ser eficiente en defensa se requiere un sistema aceitado y ordenado, para ser un equipo ofensivo hay que tener generación de juego a partir del mediocampo y aprovechar al máximo las virtudes de los delanteros. Central Córdoba no hace nada de eso, jugadores colocados en puestos que ni conocen ni sienten, el mejor ejemplo es el de Gómez, un excelente wing derecho con gambeta y velocidad, pero si se lo para de carrilero a 50 mts del arco se pierde en la cancha y termina fastidioso, sintiendo de que no le sale una y así es como hace las cosas que hace. Esto mismo ocurre en todos los puestos de adelante.
Tampoco hay visión para ver qué está pasando en un partido específico. Hoy Fabián Gaitán estaba en soledad en la creación y terminaba teniendo que gambetear a tres rivales que lo cercaban para poder meter un pase, por lógica casi siempre perdía la pelota y los delanteros estaban desabastecidos, por otro lado los defensores y el volante central cuando tomaban la pelota lo veían a Gaitán muy marcado por lo que recurrían a pelotazos aéreos para los puntas. Ahora bien, el CAVA tiene dos marcadores centrales y un arquero muy altos, por lo que se cansaron de rechazar toda pelota que volaba de la defensa charrúa a sus delanteros ¿cómo no darse cuenta ante la décima jugada exactamente igual que el tema estaba en el toque y rotación por abajo y no en el aire?.
Cuando Mustachi se asomó a la línea de cal para solicitar su ingreso pensé inocentemente que el técnico aunque sea un poco tarde había tomado nota y que en el segundo tiempo García tendría ahora con quién armar las jugadas, pero no, Mustachi entró por Gaitán y cómo el problema no es de nombres sino de esquema, El Gitano arrancó con muchas ganas pero terminó tan enredado en soledad como lo estuvo el chico recientemente llegado de Las Parejas. Así el equipo se encuentra totalmente disperso, un cúmulo de buenas voluntades pero sin un plan o con uno tan delirante que nadie entiende.
Creo que ya los dirigentes deben darse cuenta que el famoso proyecto no existe, es una fantasía y que llegó el momento de tomar una decisión concreta ¿o cuántos puntos más debemos perder, cuántas tardes tendremos que soportar el dolor de ojos que provoca el juego de Central Córdoba para llegar a algo que a todas luces resulta inevitable?. De lo contrario estaremos condenados a ver a los Matadores de Tablada mínimo dos torneos más en la C.
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