Fecha 17 del torneo de la C, y Central Córdoba recibe en el mítico Gabino Sosa por primera vez al Club Mercedes. Entidad ubicada en la localidad homónima, a unos 85 kms al Oeste de CABA y que tiene la peculiaridad de poder ser considerada la más antigua del fútbol argentino. Fundada el 12 de mayo de 1875 por el Dr. Manuel Lanchenhein con el nombre de Club Social representaba a las paquetas familias tradicionales mercedinas. En su sede se realizaban reuniones, conferencias, banquetes y bailes, para lo cual contaba con un lujoso salón. En 1935, el Club Social se fusiona con el Club Deportivo, fundado en 1922. Pasa a llamarse Club Mercedes dando comienzo al ejercicio de deportes que se mantienen actualmente, además de fútbol se practica tenis, patín, básquet, vóley, hockey y natación. Culminamos la simpática digresión histórica y vamos al partido en sí.
La dupla Teglia y Acoglanis tenían la intención acostumbrada de repetir la formación que consiguió la fecha pasada el primer triunfo de visitante, pero se encontró con la acertada decisión de las autoridades del club de sancionar internamente a Monzón con un partido de suspensión por el incidente que describí en el análisis del partido anterior ante Muñiz. Al parecer también se incluyó a la otra parte del entredicho, Atardo, en la decisión tomada. El no poder contar con dos jugadores que venían siendo importantísimos, especialmente Atardo, implicaba un problema de difícil solución. Decidieron apostar por Ale Fernández por el delantero y el juvenil Martínez por el mediocampista, dos muchachos que se espera mucho de ellos. Pero los ingresados son de características muy diferentes a los reemplazados. Fernández, al que yo considero más un media punta, no ofrece la presencia física en el área que otorga Monzón, es más de tirarse unos metros atrás y participar en la creación, algo que no está mal pero que deja muy sólo a Príncipe con la responsabilidad del gol, quien por suerte está muy derecho frente a los tres palos. Martínez no tiene la magia desordenada de Atardo ni su disparo de media y larga distancia, pero es más solidario, de jugar más en equipo, de desprenderse más rápido de la pelota, de buscar asiduamente a Mustachi.
Enfrente un rival que rebalsa frescura, que no vino a colgarse del travesaño y que pese a no estar teniendo resultados óptimos, apuesta por el buen juego. Para eso su técnico, el ex jugador de Lanús Oscar Mena, cuenta con un buen arquero Caputo que pone toda su condición atlética en sostener a raja tabla el déficit cero en su valla, un veterano de mil batallas, el 2 Zuccaro, en el medio 4 de muy buen pie, Chaparro, Contardi, Escudero y Maidana que buscan abastecer a los dos puntas Gatti y Lucero, que si debo juzgarlos por lo visto hoy, insinúan más que lo que concretan.
El partido le resultó difícil al CC desde el inicio, si elegí el término “tenso” en el título fue porque así se lo vio al equipo rosarino. Al minuto uno de juego Mustachi intenta una gambeta, se la roba Maidana y cuando el mercedino se escapaba, el Gitano lo toma groseramente de la camiseta pero por suerte el árbitro López Monti, un auténtico saca partidos, hace que no ve nada, cobra la falta pero perdona la amarilla. Después el hábil charrúa tuvo una actitud muy quejosa durante todo el partido, algo no común en él, siempre dedicado más a crear fútbol que a protestar. Es que no es fácil soportar la carga de un encuentro que se supone se debe ganar con relativa facilidad.
El trámite del encuentro fue en extremo parejo, con dominio alternado según se impusiera el mediocampo, ambos con características similares, descollando Escudero en la visita y Madero en el local, el delgado y elegante volante rosarino jugó su mejor partido desde que llegó al club. Si bien Príncipe había tenido dos jugadas que delataban su peligrosidad, la primera importante fue para Mercedes, merced a un córner desde la derecha de su ataque en el minuto 16, el centro encuentra la cabeza de Pulido que ingresó como una tromba adelantándose a toda la defensa charrúa ocasionando la primer gran atajada de Colombo que vuela y de un manotazo la saca sobre el travesaño. Al minuto 28 contra de Chaparro que obliga a Sierra a tomarlo de la camiseta y ahora sí el árbitro muestra la amarilla. Al minuto 33 saque lateral para Mercedes, Contardi que amaga, se mete en el área y cuando está por patear Príncipe le comete un claro penal que el referí no sanciona, debo de marcarlo porque soy de los que protestan mucho cuando algo así ocurre perjudicándonos. Es una situación a mejorar porque contra Muñiz el partido se complicó con un penal infantil de Atardo, aunque luego su performance más el golazo que concretó lo convirtió en el mejor jugador de la cancha. Ahora fue Príncipe quien comete una falta innecesaria en el área pero luego cubre la deposición al minuto 36 cuando Martínez la pone para el pique de Duré que llega a la raya final, tira el centro atrás la recibe de espaldas al arco el delantero, tiene una epifanía maradoniana, amaga, da una media vuelta impecable, saca una bomba al palo más alejado de Caputo convirtiendo un gol, cómo se dice en la jerga, de otro partido. Parecía que llegaría la tranquilidad para el Charrúa, pero no es así ya que al minuto 40 otro córner desde la derecha para Mercedes, Boggino que rechaza peinando la pelota hacia el borde del área, volea de Escudero que salva de gran forma Colombo y a los 46 es Senra que evita el empate rechazando con gran esfuerzo.
El inicio del segundo tiempo es a toda máquina, al minuto uno gol anulado a Mercedes por un orsay milimétrico, al minuto cuatro se va lucir Caputo cuando Mustachi encara el área por derecha, la coloca al palo opuesto pero el arquero se estira a ras del suelo cuán largo es y rechaza, el rebote le queda a la volea de Príncipe, pero Caputo que tan sólo había lograrse pararse a medias se vuelve a estirar y la rechaza milagrosamente. Si el partido ya arrancó tenso ahora era como para comerse las uñas, no porque haya habido muchas situaciones de gol, sino porque daba la impresión que se jugaba al límite del error y cualquiera de los dos podría marcar. Los minutos finales fueron para el infarto, especialmente para los simpatizantes del CC ya que Colombo le ganó dos mano a mano a los delanteros rivales cuando el empate parecía un hecho. Fin de la tortura, primero suspiros de alivio y luego alegría desatada en Central Córdoba.
Los Azules de Tablada han logrado, con éste, hilvanar 4 triunfos consecutivos de local y en la fecha anterior pasó de empatar a ganar. La racha nos ha encumbrado hasta el cuarto puesto, que sostendremos hasta el final de la fecha, ya que todos los equipos que le faltan jugar entre mañana y el lunes no amenazan nuestra posición. El tema es que en la próxima quedamos libres, así que más de uno se verá favorecido por esa circunstancia. Central Córdoba deberá recuperar su mote de Los Matadores cuando en el regreso enfrenten a Puerto Nuevo, que viene cumpliendo una floja campaña pero en su cancha siempre complican. Resulta IMPRESINDIBLE ganar ese partido. Se puede.
El Agrio - Pablo Adrián Strafaccio
