Fecha 5 del torneo de la C, y Central Córdoba recibe en el mítico Gabino Sosa a Argentino de Rosario en el esperado Clásico Chico después de muchos años en que no se disputaba oficialmente al no coincidir las categorías en las que jugaban.
Diego Pavoni decide sabiamente volver a la línea de 4 con Colombo al arco, Duré Lechner Bogino y Senra, doble 5 con Gómez y Sierra el primero en la marca y el segundo desprendiéndose más para juntarse con Atardo por derecha y Mustachi por izquierda, encargados de abastecer a Príncipe y Piccinini.
Por su parte Daniel Fagani responde con un esquema más cauto, con Gastón Fernández al arco, Balbi Ramírez Schmidt y Peñaloza, en la contención Yess y Alejo Fernández, sueltos Aguirre Jurjo y Vega con Obregón como 9 de área.
Desde el arranque del partido El Charrúa se apoderó del medio campo y desde allí logró imponer su juego frente al Salaito que esperaba y trataba de llegar únicamente via algún contraataque y con un exceso de piernas fuerte ante la pasividad de un árbitro, Nicolás Mastroieni que no estuvo nunca a la altura de las circunstancias.
Hasta los 15 minutos el local dominaba sin generar peligro, luego hizo pie en el área contraria y de a poco el arquero Gastón Fernández fue convirtiéndose en figura. El CC jugó el mejor primer tiempo en lo que va del torneo, con solidez en la recuperación por parte de Gómez y Sierra, muy buen manejo de Mustachi y Atardo más las subidas de los laterales, especialmente Duré que se hacían imparables, pero dilapidaba todas y cada una de las llegadas con una impericia para definir asombrosa. Es también justo y necesario reconocer que el señor referí permitió demasiados golpes arteros de la defensa blanca además de que se produjeron 5 jugadas que podrían haber sido sancionadas con penal, en mi criterio al menos 2 de ellas no dejaba ni un resquicio de duda posible, pero evidentemente no estaba dispuesto a cobrar ninguna como buen saca partido que se precie. También hay que señalar que no es esto excusa para justificar la cantidad de goles que El Charrúa no convertía porque constantemente fallaba en la determinación.
Llega el minuto 39 y se cumplen 2 sagradas reglas no escritas, la que dice que no hay peor astilla que la del mismo palo y la que sostiene que los goles que errás en el arco de enfrente los sufrís en el propio. Ya señalamos que Gastón Fernández era una de las figuras, arquero con un pasado charrúa en el que no se lo tuvo nunca en cuenta y en el minuto señalado otro ex charrúa, Diego Aguirre, que no se fue en buenos términos del club de Tablada convertirá un golazo que nada tiene que ver con el desarrollo del juego, un zapatazo desde fuera del área que se metió en el ángulo formado por el palo izquierdo y el travesaño, como decían los viejos comentaristas, sacudiendo las telarañas, dejando imposibilitado a Colombo de intentar respuesta alguna.
Para redondear la enemistad charrúa con el gol, a los 41 minutos luego de un centro cruzado en el que erran el rechazo los defensores salaitos, Lechner a un metro de la raya de gol, sólo sin marca y con el arquero volcado al otro palo cabecea bien parado, sin necesidad de saltar y su frentazo se va pegado al palo derecho. Pero no sería todo, a los 48 se escapa Príncipe por izquierda ante la salida de Fernández toca hacia atrás y con el arco desguarnecido dos jugadores azules dejan que el otro haga el gol y ninguno la toca y se comen un imposible de errar.
No era para nada fácil la tarea del DT charrúa en el entretiempo, porque excepto en la definición todos los jugadores venían haciendo las cosas bien, yo me preguntaba a quien sacar y no se ocurría ninguno, cómo tampoco se le ocurrió a Pavoni que decidió confiar en que los mismos jugadores podían revertir la situación. Pero desde el inicio del segundo tiempo se pudo notar que ahora el partido era muy otro. Mientras los muchachos de Argentino estaban ahora agrandados, muy respaldados por su parcialidad, los de Central Córdoba confundían velocidad con apuro, olvidaron el buen toque y abusaron del pelotazo en el vano intento de llegar rápido al área rival. Ante esto Argentino comenzó a encontrar muchos espacios abiertos, se asentaron Vega y Aguirre, afinaron las contras y en cada una de ellas daba la impresión de estar más cerca de agrandar la diferencia que de sufrir el empate. Fueron minutos en que creció la figura de Colombo que salvó varios mano a mano y sostuvo al equipo en sus posibilidades.
Los cambios, casi todos por agotamiento o por estar sentidos, no fueron solución sino que debilitaron cada vez más el buen funcionamiento pretendido. Salieron Senra y Duré, importantes en el primer tiempo y se perdió esa posibilidad de desborde por afuera, porque Ramírez es un jugador de otra característica y Jenkovic por la derecha no tiene centro atrás por ser muy zurdo. Al salir Mustachi con un dolor en el hombro fruto de una dura caída frente a un fuerte faul en su contra, toda la creación futbolística quedó en manos de Atardo que alternó buenas con malas. Quien mejor se adaptó al momento fue Monzón que se mostró muy peligroso y hasta sacó dos remates desde el borde del área, uno se fue rozando el travesaño y el otro fue salvado en gran forma por Fernández.
Al igual que el primer tiempo al minuto 39 se alienaron los planetas para Argentino y Vega pone una contra precisa para la corrida del recién ingresado Avalos que pese a la desesperación por ir a taparlo de Colombo, define bien, pone el 2 a 0 y cierra el partido.
Trago amargo el perder un Clásico de local, pero debemos recordar que al inicio del torneo decíamos que Central Córdoba es un equipo en formación, se necesita tiempo para que se conozcan los más de 10 muchachos que se sumaron al plantel y esta derrota llega en la fecha 5 por lo que no hay que desesperar. Si el primer tiempo terminaba ganando el Charrúa por 2 o más goles nadie podría objetar nada pero las cosas no se dieron de ese modo. Se está trabajando bien, el equipo debe ajustar algunas cosas en defensa y en la definición, todo eso se logra con práctica y trabajando la parte mental del plantel no tomando decisiones apresuradas en base a un resultado adverso.
Fuera de lo futbolístico es menester destacar lo hermoso que se vio al Gabino Sosa con mucha gente, con ambas hinchadas alentando y también lo inmaculado del césped que soportó una intensa lluvia respondiendo muy bien, estoy cada vez más convencido que se trata del mejor campo de juego de la divisional.
Cómo perla negativa hay que señalar que las primeras informaciones indicaron que más de 500 personas que habían sacado su entrada fue imposibilitada de ingresar al estadio porque la policía adujo situaciones de seguridad, es raro porque si bien había mucho público las tribunas no estaban colmadas en su totalidad. Además de un feo incidente entre un perro de la policía que atacó a una mujer y fue salvada gracias a la intervención de algunos hinchas. Estas situaciones deben revisarse para que no vuelvan a ocurrir.
El Agrio - Pablo Adrián Strafaccio |