Primera C: Central Córdoba se quedó sin reacción y volvió a perder
Séptima fecha del torneo de la C y el Charrúa rosarino visita en una tarde de calor abrumador al Club Luján y por primera vez pisa el muy cuidado césped del nuevo estadio propio del equipo de la Basílica, bautizado “1 de Abril” en homenaje a la fecha de fundación de la institución, un campo de juego de dimensiones de primera y que tal vez sea el más grande de la categoría.
El técnico Vizcarra decide abrazarse a la vieja ley no escrita que señala que equipo que gana no se toca, algo con lo que nunca estuve de acuerdo, en ese aspecto me acerco más al sentir de Scaloni.
Comienzo del primer tiempo con un Charrúa que ingresó muy enchufado al partido, muy concentrado en lo que debía hacer, mientras que el Lujanero parecía esos boxeadores que toman el primer round como de estudio. Central Córdoba comienza a manejar los hilos del medio campo como creo no lo hizo en ningún otro partido del presente torneo. Todo a partir del criterio de Musso que jugó uno de sus mejores partidos, haciendo rodar la pelota por ambos frentes, cambiando cuando había que hacerlo o tocando corto al mediocampista mejor ubicado.
Se desplegaba el conjunto rosarino con el Gallegotano en el arco, lo llamo así porque se apellida Villanueva Capelacci y sé de lo que hablo porque me llamo Strafaccio Fernández. Luego una línea de cuatro con Senra subiendo muy bien por su lateral, Mario se va consolidando en ese puesto y demostrando ser de los mejores jugadores del equipo y por el otro lado Lalo Pérez más enganchado en la marca del colombiano Eladio Ramos que atacaba por la punta, como dupla central Killer y Boggino tenían bien controlado al calvo grandote de Sánchez. Delante de ellos Musso de 5 clásico, Tolosa por izquierda y Bracco por derecha, Mustachi cerrado como enganche y los dos tanques arriba que van a todas, Di Vanni y Echezarreta.
El equipo Azul trataba de llegar tocando, pero Luján estaba firme en defensa y por lo tanto se terminó por optar desde el disparo desde fuera del área, que fueron muchos, algunos muy cercanos a los palos. Al minuto 6 fue Tolosa quien lo intenta y se le va cerca del palo derecho, en la jugada siguiente a los 8 minutos Di Vanni remata con fuerza desde el borde del área, el arquero de Luján, Matías Caputo, da rebote que le queda para volea a Bracco y le sale lamiendo el palo izquierdo. A los 19 otro disparo de Di Vanni se cerca del travesaño, a los 29 se escapa de contra Echezarreta y cuando le sale Caputo cruza el remate que se va pegado al palo derecho. Por el lado del Lujanero sólo logramos contabilizar un disparo a los 23 de Eladio Ramos que se fue cerca del palo izquierdo.
Termina el primer tiempo y creo que habría sido justo que Central Córdoba se fuese a los vestuarios con algún gol de ventaja, pero la concreción sigue siendo uno de los problemas no resueltos en este equipo.
El segundo tiempo significó un cambio total de la historia, porque muy temprano, a los 4 minutos, córner favorable a Luján por derecha, llega el centro llovido y el marcador central Martín Bouvier salta frente a una defensa pegada al piso y mete un cabezazo inatajable, se repetía como un calco uno de tantos goles que de esta manera hace mucho le vienen marcando al elenco rosarino.
El golpe fue muy fuerte para los jugadores de Azul, que siguieron intentando pero nada parecía salirles bien, el apuro, la desesperación, el calor, el agotamiento físico jugaban su propio partido contra la cabeza Charrúa, para colmo de males en el minuto 17 llega la mejor jugada asociada de Central Córdoba que sale tocando desde su arquero la abanica de izquierda a derecha, vuelve hacia Musso al borde del área y el Contador saca un zapatazo hermoso que casi revienta el travesaño.
Nada le funcionaba al Matador de Tablada, ni siquiera los cambios, ingresaron Ortiz, Príncipe, Kaial y el único que aportó algo fue Ortiz, a los 31 electrizante pique por derecha que arrancó en el campo charrúa y llegó hasta la línea de fondo, centro atrás y Di Vanni que toca bien abriendo el pie ante la salida de Caputo pero se le va cerca del palo derecho y por último al minuto 51 una serie de toques y rebotes que le quedan a Ortiz para empatar pero no le pega bien a la pelota y le sale muy despacio. Final del partido y cada vez más hundidos en fondo de la tabla y de la moral.
En el entretiempo del partido hice un pequeño análisis del encuentro para los amigos de TodosUnoTV que transmiten vía internet todos los encuentros de Central Córdoba de visitante y manifesté que a este partido lo terminaría definiendo las bancas.
Y es que el tema de la banca, el manejo de su conformación y los cambios constituyen a mi criterio una de las problemáticas más severas que afrontamos.
Todo empieza con un plantel mal armado y no me refiero a la calidad ni al compromiso de los jugadores que se quedaron de la temporada pasada y a los que llegaron nuevos, porque empeño lo ponen todos y es fácil ver que ninguno es un negado en cuanto habilidad, me refiero a cómo se pensaron los puestos y los cambios.
Tenemos un solo enganche Mustachi, nada que agregar sobre su magia futbolística, pero es un muchacho de 35 años que arrastra sobre su cuerpo el haber jugado en categorías en dónde se pega demasiado y se persiguen a los habilidosos merced a la vista gorda de muchos árbitros, por lo tanto no está a esta altura de su carrera para jugar 90 minutos, mucho menos con el calor imperante. Ido Gaitán a Dock Sud no se pensó en traer ningún suplente para darle alivio al trajín del Gitano.
Bracco es en el plantel el único que puede cumplir ese papel aunque no es su posición natural, el problema es que el Pitu tampoco aguanta 90 minutos, así que no es conveniente que jueguen los dos de entrada porque en el segundo tiempo hay que sacarlos a los dos y nos quedamos sin generador de fútbol en el medio y pasamos a recurrir al pelotazo.
Algo parecido sucede con los delanteros, tenemos dos nueves, Di Vanni y Echezarreta y dos que juegan por afuera, Ortiz y Príncipe ¿dónde está el pibe Flores? Vizcarra arranca el partido con los dos 9 en cancha, en el segundo tiempo se cansan y los saca para poner los dos wines y cuando más necesitamos no tenemos a nadie dentro del área, esto pasó con Real Pilar pero todo se disimuló con el penal y la gran atajada de Villanueva, hoy se quedó más tiempo en cancha Di Vanni pero demasiado agotado cayó en la intrascendencia.
Por último el tema de los goles que nos convierten con centros y que hacen de cada córner o pelota parada para el adversario por los laterales sean un suplicio, creo que es tiempo de darle minutos de juego a Osella como marcador central.
Tenemos un DT que manifestó en una entrevista que “Central Córdoba es un club divino para venir a aprender”, bueno… qué aprenda rápido entonces porque no tenemos costumbre de andar de de colista.
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