Quienes integraban los Consejos de Ancianos en las antiguas polis griegas tenían un sagrado axioma -Sabio es aquél que aprende de sus errores-. Enunciado que hoy bien le cabe al DT de Central Córdoba, José Vizcarra que se encontraba en una situación límite, enfrentar por la sexta fecha de la C a Real Pilar en el Gabino Sosa. De perder sería su tercera derrota consecutiva de local quedando último en la tabla de posiciones con tan sólo un punto, lo que haría su permanencia en el cargo casi imposible, sin ir más lejos hoy el Monarca se presentó con una dupla técnica interina ya que el técnico había renunciado en la semana al sumar sólo 5 puntos sobre los 15 que disputó.
Ya habíamos señalado que merced a algunos cambios, más de estrategia que de nombres, en el segundo tiempo contra Liniers el Charrúa mostró su mejor cara en el torneo mereciendo largamente el empate, por lo que entreveíamos una llamita de esperanza para el futuro. Tomado como punto de partida Vizcarra abandonó el esquema de jugar con tres en el fondo, qué tan sólo le aportó confusión, volviendo a la tradicional línea de cuatro, además implemento dos cambios que salieron bien pero que a mi entender merecen alguna apostilla.
El más destacado fue la decisión de cambiar el arquero, algo que salió más que bien porque Alejo Villanueva confirmó todos los antecedentes positivos que lo trajeron al club demostrando que tiene las condiciones para lograr una carrera brillante en nuestro futbol, pero no me voy a sentir bien si no digo que a mi modesto entender Alejandro Dianda no lo venía haciendo mal, incluso en esa levantada contra Liniers cuando los Matadores de Tablada se volcaban en busca del empate y se desguarnecían en defensa tapó dos mano a mano en gran forma y fue lo que nos mantuvo en partido hasta el final porque un 2-0 hubiese resultado lapidario. Así que no reniego del cambio pero tampoco quiero que quede Dianda como el malo de la película, culpable de los magros resultados obtenidos hasta la semana pasada.
La otra variante fue por el suspendido Osella y obedeció al cambio de esquema, ingresó Bracco y tanto Musso como Mustachi se sintieron más acompañados con lo que el juego en el medio mejoró, y pero he aquí la salvedad, tanto El Pitu, como el Gitano y el Contador no están para jugar los 90 minutos, más en una tarde sofocante, y por el momento no se vislumbra otro reemplazo para el generador de juego Mustachi que Bracco por lo que en la nota del partido con Liniers, sostuve que me gustaba que El Pitu ingresase en el segundo tiempo porque al tener que salir ambos no tenemos quien cumpla esa función y la decisión de El Chino funcionó porque al terminar El Charrúa ganando el primer tiempo 2-1 todo el segundo lo manejó de contragolpe.
Otro, podríamos llamar, aprendizaje que se notó en Vizcarra es en lo acertado de hacer los cambios necesarios al promediar el segundo tiempo para avivar la energía del equipo y no faltando dos minutos cómo hizo en las primeras fechas.
En cuanto al partido en sí, todo comenzó con un bloopper cometido a los treinta segundos del inicio, Otermín jugó hacia la posición de Giroldi y el arquero pretendió el pase hacia Musarella pero, o le picó mal o le quitó la vista a la pelota, erró el puntapié, se le fue larga y Di Vanni, siempre atento, pico en velocidad, llegó a la pelota, engancho bien haciendo pasar de largo al desesperado Matías y puso el 1-0 desde el vestuario mismo.
Siguieron 10 minutos en que Real Pilar se volvió una tromba hacia el arco local, especialmente por derecha en dónde entre Chambi y Burguéz más la colaboración de Musarella le hacían el 2-1 o 3-1 a Pérez sin que el CC le encuentre la vuelta y Lalo se tenía que arreglar sólo. Llovieron así centros desde la derecha y en el minuto 10 de un córner desde ese lado muy bien ejecutado por Chambi cayó el balón en el área chica y el uruguayo Rodríguez Silva le ganó a la floja resistencia Charrúa metiendo un frentazo inatajable para igualar el encuentro.
Pero luego de ese gol Central Córdoba empezó a amigarse con la pelota y el juego ya se hizo mucho más repartido. Al minuto 24 ante un centro de Bracco cabecea mal Rodríguez Silva y le queda la pelota picando a Mustachi frente a Giroldi, fuertísimo disparo, pero San Matías extiende los brazos y demuestra porque sigue siendo el mejor de la C.
Arribando al final del primer tiempo, al minuto 40, cuando todo hacía suponer que se irían a los vestuarios 1-1 llega la mejor jugada combinada de los azules de Tablada, desde el sector derecho Pérez se la pasa a Bracco quien engancha eludiendo un defensa, juega para Mustachi, este toca al medio para Musso que ve la trepada por izquierda de Senra y le sirve un perfecto pase al vacío, llega bien Marito y mete un centro cruzado para la entrada de Di Vanni, salta Otermín y se produce la discusión de la tarde, porque el jugador se eleva levantando el brazo y según el ángulo de visualización la pelota parece pegar directamente en el brazo o primero en la nuca y luego en el brazo. Pero Lucas Brumer, un árbitro que le gusta dejar jugar pero a veces es demasiado perdonavidas, no duda y marca penal que convierte Paulo Killer pese a que Giroldi le adivinó la intención y se arrojó bien pero el disparo fue tan violento que no pudo evitar el 2-1 para el local.
En el segundo tiempo todo se dirimió entre un ataque cada vez más desesperado de Real Pilar contra una defensa sólida de Central Córdoba que con el correr de los minutos y el cansancio de los jugadores se asume cada vez más en una postura contragolpeadora.
Vizcarra nota esto y hace ingresar a Príncipe por Echezarreta, un nueve que mostró interesante condiciones especialmente en el manejo de la pelota pero que por su talla no tiene la velocidad que el partido requería. Pocos minutos después reemplaza a los agotados Di Vanni y Mustachi por Ortiz buscando más vértigo en la punta y se produce el debut del chico Angeleri en esa idea de energizar el medio juego. Córdoba entonces se para definitivamente de contra y lo hace bien, porque parecía que los defensores azules le habían tomado la mano a los delanteros blancos mientras que los delanteros y mediocampistas picaban al vació y cada jugada impresionaba como la concreción del tercer gol local, son los minutos de gran actuación de Toloza.
El CC tuvo todo como para ampliar el marcador, pero aquí habrá que trabajar en la semana ya que no se puede desperdiciar los contragolpes, el peor fue un corte de pase que hace Kaial, ingresado por Bracco, se manda en velocidad por derecha, ingresa al área y ensaya un tiro desde una posición inclinada teniendo un paso atrás completamente solos a Ortiz y Príncipe como para tocarla al gol. Pero hubo otras de este tenor, los charrúas deberán entender que es tan importante la asistencia como el gol mismo y no querer ser los héroes de la tarde, porque la solidaridad en el equipo debe verse en todos los sectores de la cancha, no sólo en el aspecto defensivo.
Faltaba la cereza. Minuto 37 pase para la subida de Martín, centro atrás que rebota en el brazo de Boggino que lo venía a cubrir, sin ninguna intención del defensor, pero bueno… ahora se cobra. Penal para Real Pilar y todos los fantasmas del Gabino se despertaron. ¿Otra vez nos cansamos de errar goles y nos vacunan al final? ¿Se cumplirá la ley no escrita que dice que los goles que te errás en el otro arco se pagan con un gol en el propio? El teñido Hernández se encarga de ejecutar, apunta y patea con fuerza contra el palo derecho de Villanueva, un poco más abajo que media altura, y el Dibu del Charrúa en una estirada monumental logra manotear la pelota y salvar su arco.
El partido culmina 2-1 y puede que nos despojemos de los traumas, además quedamos con la satisfacción de ver que la Diosa Fortuna nos sonrió por fin, porque nos tenía muy abandonaditos. Por todo esto es que la llamita de Liniers de hizo fogata embravecida en el Gabino.
El Agrio - Pablo Adrián Strafaccio
|